Preguntas frecuentes

Es un espacio de diálogo y de autoconocimiento para que la pareja pueda hablar de sus inquietudes, preocupaciones o problemas, en un lugar especializado con el apoyo neutral de un profesional.

También sirve para la generación de acuerdos y para el desarrollo de estrategias de interés común para beneficio de la pareja. Y su futuro.

No es necesario que toda pareja vaya a terapia. Pero a veces es recomendable que asista preventivamente porque esa es la mejor manera de mantener y mejorar una buena relación futura y una sana comunicación. Por lo tanto ir a Terapia de Pareja sirve también para desarrollar una relación respetuosa con los sentimientos de uno mismo(a) y de la pareja.

Ayuda y mucho. No hay que tenerle miedo a una terapia de Pareja. Se trata de un espacio especializado para mejorar la comunicación y hablar de temas que en ocasiones es mejor expresarlos en un espacio serio y neutral, y con la ayuda de un especialista.

Sí y no. Aunque cada relación es diferente y por lo tanto tiene características diferentes, lo cierto es que muchas personas tienden a repetir historias cuando entran a nueva relación de pareja. Esto ocurre porque no se han experimentado formas de relación diferentes o porque existen elementos inconscientes (es decir, no conscientes) pueden llevar a la persona a más de lo mismo, a una repetición del problema, pero con otra persona o pareja. Esto se arregla en una Terapia de Pareja sin que esto signifique cambiar de pareja.

Existen problemas naturales que están muy bien estudiados y comunes en toda pareja. Por ejemplo, la desidialización, el nacimiento del primer hijo, la llegada de los hijos a la adolescencia, etc.

Además cada pareja, al construir su historia, construye también sus vicisitudes.

Toda pareja en su proceso de integración afrontará problemas y vicisitudes. También momentos de alegría y felicidad.

La Terapia de Pareja ayuda a manejar mejor las situaciones de conflicto, que inevitablemente se darán en una vida de pareja. También a potenciar la felicidad.

Depende del enfoque de la terapia. Es lo más recomendable, pero muchas veces como parte del enmarque terapéutico, las parejas son separadas en sesiones diferentes. Luego se hace la integración de los contenidos, siempre desde una perspectiva terapéutica.

Por supuesto. Y mucho. Los sentimientos y el comportamiento de los hijos menores es expresión de lo que se vive en casa. Allá, por ejemplo, dónde haya un niño con malas notas o formas violentas de comportamiento, muy probablemente habrá un problema entre los padres.

Influyen, aunque tratemos de evitarlo. Las familias desarrollan además mecanismos de lealtades inconscientes, mitologías e identidades Y todo esto lleva una pareja al matrimonio. Por lo mismo, una Terapia de Pareja es recomendable para conocer estos aspectos y aprender a manejarlos, porque pueden implicar un peso y una carga familiar.

Por eso, porque están enganchadas, porque no han aprendido a resolver o a soltar, porque a veces les ha faltado alguien que les haga ver las cosas desde otro punto de vista, una espacio que les permita mayor claridad. Usualmente en una terapia se puede descubrir que  detrás de esos enganches emocionales, hay problemas más de fondo que generan esa situación.

No. Todos los hombres no son infieles. Esa afirmación constituye un mito. Hombres y mujeres son potencialmente infieles. Eso dependerá del grado de bienestar, de displacer y de compromiso que cada quien tenga con su vínculo y su pareja. También de otros aspectos. Es un tema amplio de larga explicación.

Sí. Existen un conjunto de señales que pueden ayudar a predecir una crisis. Teniendo consciencia de ello, se podrá prevenir esa situación que nadie desea.

La evolución de una pareja está establecida en lo que se llama ciclo vital de la pareja. Son etapas clasificadas por las que atraviesa toda pareja. Por ejemplo, la etapa del enamoramiento, del compromiso, del matrimonio, de los hijos y del nido vacío. Es un tema amplio y de vasta complejidad informativa.

Se puede afirmar que en esta época más del 50% de las parejas atraviesan por una separación dentro los primeros seis años de la relación. Esta cifra aumentará al 60% para el 2024. Además, el 60% de las parejas en segundas nupcias terminan separándose. Y el 70% de los matrimonios en terceras nupciales fracasan. Hay estudios realizados en estas áreas y con mucha seriedad.

A la Terapia de Pareja no se acude porque la pareja está enferma. Se asiste para mejorar la relación. La experiencia demuestra que cuando una pareja se lleva de maravilla y además acude a terapia, bastarán unas tres sesiones al año para mantener viva la ilusión, el deseo y el mutuo respeto y consideración.

Por lo mismo, la Terapia de Pareja es también preventiva, no sólo para arreglar problemas.

Sí. Pero hay que atreverse a enfrentarla. Existen comportamientos que pueden indicar el devenir violento de una pareja, aún antes de que se manifieste.

Sería lo ideal para que la pareja prepare el camino del bienestar y el éxito relacional. De esa se evitará una futura crisis de expectativas y además la pareja llegará más sólida al matrimonio.

Dependerá del caso, del motivo de consulta y del enfoque de la terapia.

Sí. Nadie está exento de crisis. Pero crisis es oportunidad de cambio y desarrollo. Desde esa perspectiva, no hay que tenerle miedo a las crisis ni al cambio.

El amor no solo debe surgir sino también ser alimentado y construido. Si se descuida, obviamente se terminará apagando. Además el amor y las formas de amar evolucionan en la pareja con el tiempo.

Sí. Hay muchas definiciones y clasificaciones. Reconocerse en un tipo de pareja puede resultar de mucha utilidad y puede ser hasta recreativo para una pareja. También será una invitación al cambio en aras de ampliar la dinámica de la pareja.

Ambas cosas. Todo lo que queremos que perdure requiere de cuidado y mantenimiento. El amor no es la excepción.

Es la dimensión que abarca los intereses exclusivos de la pareja. El cariño, los buenos tratos, el reconocimiento, al igual que los pleitos de pareja forman parte, por ejemplo, de esa dimensión.

Es la dimensión que abarca los intereses los hijos en el marco de una familia. El cuidado, sus derechos, sus deberes, la educación, la recreación y la forma cómo se trata a los hijos forman parte de ese plano.

Sin duda que sí. Pero tan importante como eso es darse la posibilidad de experimentar estos conocimientos a partir de experiencia de vida en pareja y su subsecuente proceso de elaboración.

En esta página web cada cierto tiempo cambiamos las preguntas frecuentes por nuevas preguntas. Usualmente lo hacemos en respuestas a las inquietudes y preguntas de nuestros visitantes.